Es la más grande de las islas del Golfo de Nápoles, y, diferentemente a Capri, es una isla volcánica. Es tan conocida por sus termas que se le llama "La isla de la salud” o "de la eterna juventud". Los Romanos ya conocían las propiedades curativas del agua de Cava Scura y no menospreciaban los fortificadores "baños de sudor" en la isla.

Isquia ofrece un paisaje muy pintoresco y verde. A pesar de las construcciones abusivas que han devorado la mayoría de las bellezas naturales, la isla todavía consigue ofrecer en cada rincón algo para descubrir y apreciar: cráteres hundidos, puntas rocosas, colinas de lava en un espléndido escenario en continua evolución, modificado por actividades volcánicas, donde el verde se hunde y se refleja en el azul del mar profundo.